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Relaciones de pareja y cáncer: sexualidad

Relaciones de pareja y cáncer: sexualidad
Jueves, 28 de Noviembre 2019
Un diagnóstico como el cáncer supone un notable impacto en la vida de las personas. Una de las esferas que se ven afectadas de manera directa por el diagnóstico de la enfermedad y sus tratamientos (efectos secundarios de las cirugías, quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia) es la sexualidad. A pesar de la evidencia que sustenta esta relación y su alta incidencia, es un tema poco tratado en las consultas médicas.

 “Del 30 al 90% de pacientes con cáncer presenta alguna disfunción sexual. Y aunque haya sido estudiado, ha sido mucho menos que otros aspectos relacionados con el cáncer. Por este motivo, en las consultas, se le da una menor importancia y este es el primer error que debemos cambiar.” afirma la Dra. Almudena Narváez, piscooncóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre.

Entre las disfunciones sexuales más frecuentes que los pacientes con cáncer suelen experimentar son una disminución del deseo sexual (conocido con el nombre de trastorno del deseo sexual hipoactivo), vaginismo y/o dolor (dispareunia) en el caso de las mujeres. Por otra parte, los hombres, además de experimentar un trastorno del deseo sexual hipoactivo, es común que se den casos de disfunción eréctil. Algunas de estas disfunciones se producen por los propios tratamientos de ahí que se puedan dar tanto en personas diagnosticadas con tumores sólidos como hematológicos. 
 
Aunque, bien es cierto que no todos los diagnósticos afectan de la misma manera a la respuesta sexual. “Cabe destacar, en las mujeres, los cánceres ginecológicos como primera causa de alteración en la respuesta sexual. Y en los hombres, el cáncer de próstata y el germinal”, sostiene la Dra. Narváez. Y es que “estos diagnósticos, afectan la respuesta sexual por una causa orgánica y en algunos casos, hay factores psicológicos que median, como, por ejemplo, la imagen corporal en la fase de excitación en la mujer y la sensación de incapacidad e inutilidad en los hombres en la fase también de excitación”, prosigue.
 
Disfrutar del sexo tras un cáncer
Llegados a este punto, es común, por tanto, que pacientes y sus parejas se pregunten ¿es posible disfrutar del sexo durante y después del cáncer? La respuesta es clara y contundente: sí. Para que así sea, la Dra. Narváez recomienda que se establezcan dos pilares básicos: comunicación y reeducación a nivel sexual.
 
“Mi primera recomendación es tener comunicación tanto con tu pareja como con el personal sanitario. Habitualmente, es un tema con muchos tabúes y debemos desmitificar todo lo relacionado con la sexualidad”, nos aconseja. En primera instancia, hay que romper esa barrera, esa espiral de silencio y comunicar las principales dudas, preocupaciones, miedos o aspectos que puedan estar interfiriendo a nivel sexual. No se trata de resignarse, ni minimizar el problema sino de normalizar la situación. Pues a pesar de lo que se pueda pensar, es una situación que se da con bastante frecuencia.
 
Al ser el cáncer una enfermedad grave y socialmente muy relacionada a la idea de peligro de vida, conlleva a que en un principio su impacto a nivel sexual pueda pasar desapercibido. “Durante la fase activa del tratamiento, tienen otras preocupaciones más relacionadas con aspectos físicos de su enfermedad y de los tratamientos, y miedos más relacionados con la amenaza de la enfermedad y la incertidumbre de no saber cómo van a evolucionar”, sostiene la Dra.
 
Sin embargo, una vez se suceden los tratamientos y, más aún cuando remite el cáncer, es cuando el paciente y su pareja son conscientes de esa convivencia con las diferentes secuelas físicas y psicológicas que se puedan dar. Para la Dra.  “una parte importante de estas secuelas se concentran en la vida sexual del paciente y/o su pareja. Ésta se ve complicada, entorpecida y/o bloqueada, tanto por los aspectos físicos de las relaciones sexuales que se ven afectados, como por la dificultad de abordar temas sexuales libremente, obstaculizándose con ello la adaptación a estos cambios que se producen”.
 
Una vez se ha comunicado el problema, los profesionales de la salud que intervienen en el proceso oncológico, dispondrán de las diferentes posibilidades y recursos que permitan facilitar la adaptación y permitiendo a los pacientes y sus parejas llevar una vida sexual sana y satisfactoria. “Estos tratamientos abarcan desde tratamientos médicos hasta intervención cognitivo-conductual en la que, en un primer lugar, enseñamos a mantener relaciones de una manera que no conlleve ansiedad y miedo”, traslada la Dra.
 
En el caso de aquellos que acaban de iniciar una relación sentimental o no dispongan de pareja estable, la Dra. Narváez recomienda una adecuada comunicación y que ambos manejen la misma información ya que “en algunos casos es necesario que haya ajustes entre los hábitos de los miembros de la pareja ya que la pareja se puede ver condicionada por pérdidas físicas y esto a veces puede ocasionarle un conflicto generando angustia.”
 
Sexualidad y cáncer: mitos
A pesar de los recursos disponibles, esta falta de comunicación puede conllevar a que se alimenten ciertas creencias erróneas o mitos que todavía siguen existiendo a pesar de su nula evidencia científica. 
 
Uno de los más comunes es que el cáncer es una enfermedad contagiosa siendo las relaciones sexuales su principal vía de trasmisión “El cáncer no es una enfermedad contagiosa que se disemina con facilidad entre las personas y no se contagia por mantener relaciones sexuales” sentencia la Dra. Otra de las falsas creencias que podemos encontrar es que en el caso de los canceres ginecológicos, si se mantienen relaciones sexuales, éstas pueden llegar a provocar metástasis del tumor. 
 
En conclusión, información y formación se convierten en herramientas fundamentales para evitar que “los pacientes pierdan la capacidad de disfrutar con la actividad sexual durante el curso de la enfermedad, ya sea de manera permanente o transitoria por desconocimiento”.